Tirado en el sofá, a lo mejor te queda alguna fuerza para tocar el botón y cambiar de canal. ¿Para qué cambiar de mentira si al final todo acaba provocándote risa? Repasas mentalmente todo lo que deberías hacer: Trabajos para los estudios, arreglar la cocina que mira como la has dejado y no se va a arreglar sola, sacar al perro que te observa con unos ojos que te dicen: “En 5 minuto como no te levantes, te pongo el sofá perdido de liquido amarillo oloroso, tú mismo”
¿Que es ese sonido? Ya no recordabas como sonaba el teléfono fijo de la casa. Si no es tu sintonía de Coldplay, te cuesta una barbaridad saber que se trata de un teléfono ¿Y si fuera ella? Sigue soñando, porque la voz de la vecina gritona del séptimo, te despierta, explicándote amablemente que como siga chorreándole agua con lejía de tu ropa recién sacada de la lavadora en la suya, te corta el miembro viril. Adiós a tu personalidad numero 1, adiós a la parte más vaga de ti.
CD de los Queen of the stone age al canto, en la minicadena. Play. Hola personalidad numero 2. Correa para el perro, que ya no necesita hacer sus necesidades porque ya las ha hecho en tu cama, el muy perro. Garrafón de gasolina, bien rociadita por el cuarto de tus padres, por la cocina, y que no falte para la ropa de tu vecina, ni gloria. Cerilla encendida y a salir por la puerta con “Yelkus”. Gran bola de fuego, la explosión al ritmo de la canción “Everbody know that your insane” del que es para ti el mejor CD de los QTSA, “Lullabies to paralyze”. Cierras la puerta, el fuego fuera de ti, el calor en tu interior.
Viene tu personalidad numero 3. Mensaje masivo para cada contacto de tu agenda: “Hola, ¿Quedamos?” Te ríes por dentro sabes que vas a ser malo, muy malo. Y te gusta, te gusta tanto sentir tanto poder. Que te sientes un inmortal inmoral. Estas cachondo. Llegan varias contestaciones a tu mensaje, por supuesto ella le hace caso omiso a tu aullido. No pasa nada, tu tranquilo, hay tarde de vinilos, porros y conversaciones vagas en casa de Martín Sueltas al perro en la calle, viva la libertad.
Ya vuelve tu personalidad numero 1 mezclada con un combinado de drogas, para que hable por ti tu personalidad 4, esta personalidad viene completita porque tiene nombre y todo, Yin. Y Yin es un maldito bastardo que se tumba en el sofá de Martín con las zapatillas puestas manchándoselo todo, a pesar de las continuas, insistentes e airadas protestas del dueño.
El cuadro el de siempre. Ismael sin parar de hablar sobre la relación de las drogas y los textos sagrados, del apocalipsis, y del cielo. Ricky todo el día hablándote de como se ha tirado a su ultima ligue de fin de semana. A saber si hablamos de sitios tenemos: en el coche, encima de un árbol, en un colegio... si tratamos de posturas: 69, francés, griego... si se trata de complementos: bolas chinas, preservativo de anchoas con pepinillo, látigo fustigador... Después estas tu Yin, pero tú no cuentas porque solo te encargas de inhalar humo, mirar los detalles como si quisieras memorizarlos de por vida. Tu gran aportación es soltar al principio esta parrafada: “Por dios, Martín, quita esa mierda de los delinquentes, a eso ¿Le llamas música?, pon algo en condiciones, así no hay quien fume tranquilo, enchufa ya al tito Bob” A partir de ahí, lo único que emitirás serán bramidos que transcritos dicen: ¡¡¡¡¡¡Booooooooooobbbbbb Marleyyyyyyyyyy!!!!!
Más mensajes llegan a tu cabeza, Yin se va ir, y va entrar Jack. Hueles la juerga, sabes que está cerca. Bajas como puedes las escaleras y entre algunos tumbos llegas al bar para empezar el ritual: Cervecitas, tapitas, vodka con gaseosa, avellanitas más conversaciones sobre ¿Quien es mejor: el Fútbol Club Barcelona o el Real Madrid? O la no menos absurda de ¿En su época de juventud, Zapatero era un porreta homosexual? Votos a favor 7. En contra 3. Por mayoría mínima gana Zapatero, la marihuana, la homosexualidad y el F.C. Barcelona.
En un momento de la noche te preguntas: ¿Como he llegado hasta aquí?
Ves tus recuerdos en flashback: Te encuentras con los pantalones bajados, y sujetándote el pene para miccionar con una mano con la otra sostienes el peso de tu cuerpo para no caerte redondo al retrete. La camarera se ha largado muy indignada, porque no has conseguido una erección como dios manda. Te liaste con ella usando tu truco 340: mis colegas me han dejado solo, estudio psicología y te puedo leer la mente: Ahora mismo estas pensando esto. Cuando se quiso dar cuenta ya tenía tu lengua en su gaznate. Y tus dedos habían desaparecido en algún lado de su cuerpo.
Con ese último recuerdo vuelves al aquí y al ahora: Maldita sea ahora sí sube. Te enfadas y mirando al techo clamas en contra de quien tuvo la mala leche de hacernos así. Te ríes, pensando que si dios existe se lo debe estar pasando de lujo contigo y te sientas involuntariamente en el retrete.
Te repites la pregunta, introduciéndole nuevas aportaciones: ¿Como he llegado hasta aquí? Si yo solo quería ligar con Noemí. ¿Ahora donde voy a dormir?
Agarraste una garrafa de gasolina, saliste a la calle, te rociaste del bendito liquido inflamable, colocaste un cartel bien grande con luces de neón, cerilla y arder. En el efecto del cartel, habías conseguido que la s y la a no se alumbraran para que se pudiera leer:
No es mía.
Por suerte para el aún le quedaban 6 personalidades más para poder gastar y quemar, 6 identidades más para poderlas vivir.
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